Eres un desagradecido hijo mío. Tanto pedirme un trampolín, un trampolín, y ahora que por fin lo tienes ni saltas ni nada y no dejas de quejarte.
¡¡Mamá, devuélveme la silla de ruedas so cabrona!!
Eres un desagradecido hijo mío. Tanto pedirme un trampolín, un trampolín, y ahora que por fin lo tienes ni saltas ni nada y no dejas de quejarte.
¡¡Mamá, devuélveme la silla de ruedas so cabrona!!