Hija, ayer tu marido se volvió a confundir de habitación y me hechó dos polvos.
¿Y tú qué le dijiste, Mamá?
Nada, ya sabes que yo con tu marido no me hablo.
Hija, ayer tu marido se volvió a confundir de habitación y me hechó dos polvos.
¿Y tú qué le dijiste, Mamá?
Nada, ya sabes que yo con tu marido no me hablo.